martes, 15 de octubre de 2013
Gustavo Lioy: La voz de un director
Era una cálida noche de sábado, llegamos al Arrimadero Teatro cerca de las 20.30 y al ingresar nos recibió con mucha simpatía
una actriz que esa noche se encontraba trabajando en la taquilla. El
lugar aún estaba vacío, las mesas ya acomodadas para la función y Gustavo Lioy, el director de "Juego de Damas Crueles", se encontraba detrás de una consola
haciendo los últimos ajustas de iluminación.
Aguardamos
algunos minutos y luego nos dirigimos a los camarines para encontrarnos
con todo el elenco, mientras las actrices se maquillaban y peinaban.
Luego de conversar con todo el elenco, pudimos tener una charla más
personalizada con Gustavo, para que nos cuente un poco más sobre su
carrera y formación profesional.
Que Te Garúe Finito: ¿Cómo empezaste tu carrera en el teatro y que fue lo que más te motivó?
Gustavo Lioy: ¿Hacer teatro? Siempre quise hacer teatro, en realidad yo quería ser actor de chico, desde que empecé a ir al teatro a los 5 años y vi mi primera obra. Yo vi que quería estar arriba del escenario y quería hacer eso que estaba viendo. No entendía muy bien ni cómo ni cuándo pero yo quería estar haciendo teatro.
Después en la adolescencia seguí haciendo talleres y a los 21 entré en el Conservatorio de Arte dramático en la carrera de actor. En el último año de la carrera me di cuenta que me gustaba más la dirección que la actuación.
Trabajé muy poco como actor, de hecho hice 4 obras como actor y dirigí 16. Entonces, lo que hice cuando salí de la carrera de actor fue trabajar al lado de directores. En los proyectos que salían yo, como asistente de dirección de un montón de gente, fui aprendiendo del oficio al mismo tiempo que iba trabajando. No estudié dirección sino que me formé trabajando como asistente de productores y desde el 2000 empecé a dirigir mis propios espectáculos.
QTGF: ¿Y no te atrapa la idea de volver a la actuación?
GL: No. El año pasado me retiré. Fue mi último espectáculo que hice como actor. A los 40 decidí cortar con la actuación. La verdad es algo que no me divierte mucho. O sea, es un trabajo, lo hago, pero si tengo que elegir, me quedo con el de director. Me parece mucho más divertido, más interesante, más rico para mí, el director que el actor.
Lo que sucede acá en Neuquén particularmente es que hay muy pocos actores varones. Hay muchas mujeres, muchas actrices. Yo veo que a veces los directores tenemos que prestarnos entre nosotros a trabajar en las obras de los colegas. Entonces luego uno termina actuando con un director y después ese mismo es actor en una obra nuestra. Por eso actué más de lo que hubiese querido.
QTGF: ¿Por qué decidiste venir a Neuquén?
GL: Vine huyendo en realidad de una desilusión con Buenos Aires. En lo personal creo que también con la Ciudad. Estaba muy peleado con lo laboral, no funcionaba. Surgió la posibilidad de venir un verano para acá. Vine en un momento en el que no había nada de teatro así que encontré la posibilidad de empezar a trabajar de a poquito y terminé quedándome. A los siete meses hice la mudanza definitiva y no paré.
La verdad es que estoy más que agradecido porque Neuquén me dio la posibilidad de vivir del teatro cosa que Buenos Aires no me dio. Ninguna otra ciudad en la que viví me dio la posibilidad de vivir del teatro como me lo dio Neuquén, por eso que estoy más que agradecido.
Que Te Garúe Finito: ¿Cómo empezaste tu carrera en el teatro y que fue lo que más te motivó?
Gustavo Lioy: ¿Hacer teatro? Siempre quise hacer teatro, en realidad yo quería ser actor de chico, desde que empecé a ir al teatro a los 5 años y vi mi primera obra. Yo vi que quería estar arriba del escenario y quería hacer eso que estaba viendo. No entendía muy bien ni cómo ni cuándo pero yo quería estar haciendo teatro.
Después en la adolescencia seguí haciendo talleres y a los 21 entré en el Conservatorio de Arte dramático en la carrera de actor. En el último año de la carrera me di cuenta que me gustaba más la dirección que la actuación.
Trabajé muy poco como actor, de hecho hice 4 obras como actor y dirigí 16. Entonces, lo que hice cuando salí de la carrera de actor fue trabajar al lado de directores. En los proyectos que salían yo, como asistente de dirección de un montón de gente, fui aprendiendo del oficio al mismo tiempo que iba trabajando. No estudié dirección sino que me formé trabajando como asistente de productores y desde el 2000 empecé a dirigir mis propios espectáculos.
QTGF: ¿Y no te atrapa la idea de volver a la actuación?
GL: No. El año pasado me retiré. Fue mi último espectáculo que hice como actor. A los 40 decidí cortar con la actuación. La verdad es algo que no me divierte mucho. O sea, es un trabajo, lo hago, pero si tengo que elegir, me quedo con el de director. Me parece mucho más divertido, más interesante, más rico para mí, el director que el actor.
Lo que sucede acá en Neuquén particularmente es que hay muy pocos actores varones. Hay muchas mujeres, muchas actrices. Yo veo que a veces los directores tenemos que prestarnos entre nosotros a trabajar en las obras de los colegas. Entonces luego uno termina actuando con un director y después ese mismo es actor en una obra nuestra. Por eso actué más de lo que hubiese querido.
QTGF: ¿Por qué decidiste venir a Neuquén?
GL: Vine huyendo en realidad de una desilusión con Buenos Aires. En lo personal creo que también con la Ciudad. Estaba muy peleado con lo laboral, no funcionaba. Surgió la posibilidad de venir un verano para acá. Vine en un momento en el que no había nada de teatro así que encontré la posibilidad de empezar a trabajar de a poquito y terminé quedándome. A los siete meses hice la mudanza definitiva y no paré.
La verdad es que estoy más que agradecido porque Neuquén me dio la posibilidad de vivir del teatro cosa que Buenos Aires no me dio. Ninguna otra ciudad en la que viví me dio la posibilidad de vivir del teatro como me lo dio Neuquén, por eso que estoy más que agradecido.
Foto gentileza de Lidia Barreto de "Son Miradas Fotografía." |
QTGF: ¿Qué opinas sobre la producción de teatro a nivel provincial?
GL: Hay mucha producción. Yo veo que cada vez hay más teatro y está bueno. Creo que hay de todo, hay teatro muy bueno y teatro muy malo, y también un teatro estándar, y eso me parece que es muy interesante.
Lo que sucede es que cuanto más teatro hay, el público se acota. Hace cuatro o cinco años al haber mucho menos producción las obras estaban mucho más tiempo en cartel e iba más público. El espectador es más o menos el mismo, es poco lo que ha crecido en estos años.
Hoy viene menos público, pero también es interesante eso porque te pone en un lugar de mejorar cada vez más y que cada obra sea superior a la anterior. No te podes relajar y estar tres años con la misma obra porque se te acaba el público. Hay que producir algo nuevo y eso, a nivel artístico, es muy interesante.
GL: Hay mucha producción. Yo veo que cada vez hay más teatro y está bueno. Creo que hay de todo, hay teatro muy bueno y teatro muy malo, y también un teatro estándar, y eso me parece que es muy interesante.
Lo que sucede es que cuanto más teatro hay, el público se acota. Hace cuatro o cinco años al haber mucho menos producción las obras estaban mucho más tiempo en cartel e iba más público. El espectador es más o menos el mismo, es poco lo que ha crecido en estos años.
Hoy viene menos público, pero también es interesante eso porque te pone en un lugar de mejorar cada vez más y que cada obra sea superior a la anterior. No te podes relajar y estar tres años con la misma obra porque se te acaba el público. Hay que producir algo nuevo y eso, a nivel artístico, es muy interesante.
QTGF: ¿Qué función cumplís dentro de El Arrimadero Teatro?
GL: Soy el Director artístico de la sala, por mis manos pasa la programación, qué obras se ponen en el escenario, todo lo que tiene que ver con teatro. Después hay otra chica que se encarga del área música y otra que se encarga de los talleres. Además soy un poco como el administrador, llevo las cuentas, llevo los trámites.
Por otro lado, formo parte de una asociación civil cultural sin fines de lucro que son “Los Siete Locos”. Somos los que manejamos el espacio, o sea, las tareas están repartidas, todos tenemos una función específica dentro de la asociación y del manejo de la sala.
QTGF: ¿Tenes algún grupo o equipo de trabajo fijo?
GL: Yo tenía un grupo de trabajo, pero hasta el 2010. En ese año se terminó el grupo que yo había formado cuando llegué, que se llamaba Sur Menage. Con ese grupo hicimos varias producciones pero por cuestiones internas se disolvió. A partir de ahí decidí que quería tomar distancia con el tema grupal.
Prefiero armar elencos concertados para cada una de las obras que yo tengo ganas de ir haciendo. Este elenco es para esta obra y no se va a repetir en otra ni viene de otra. Sí, a veces se repiten los actores, suelo mezclar mucho los actores. Esta actriz va a estar en la próxima obra, esta actriz no va a estar en la próxima pero capaz que dentro dos o tres obras vuelva a aparecer. Me parece que a mi no me funciona el trabajo grupal ya en esta instancia, prefiero el recambio constante de gente.
QTGF: ¿Cómo manejas los diferentes recursos? ¿Vestuario, escenografía, musicalización, iluminación?
GL: En mi caso, el vestuario ya hace tres espectáculos que lo viene haciendo Yazmín Mer que es la vestuarista que tenemos. Confío en ella el tema de diseño y confección de vestuario.
La escenografía la pienso yo pero la hacemos con el resto del grupo dependiendo del proyecto. En el caso de la iluminación lo hago yo y lo trabajo con el técnico de la sala y entre los dos vamos inventando.
En esta obra en particular la iluminación no está muy presente, no era mi intención, ni tampoco la escenografía. Es bastante despojado todo lo que es el recurso visual. Me parece que acá es más importante el texto, porque tenía ganas de que se lucieran y que se luzcan los actores diciendo sus líneas. Le saqué todo lo que contaminara esa atención. Además, no hay música. La música es en vivo y la hacen los mismos actores. Hay un personaje que se dedica a cantar toda la obra.
GL: Yo tenía un grupo de trabajo, pero hasta el 2010. En ese año se terminó el grupo que yo había formado cuando llegué, que se llamaba Sur Menage. Con ese grupo hicimos varias producciones pero por cuestiones internas se disolvió. A partir de ahí decidí que quería tomar distancia con el tema grupal.
Prefiero armar elencos concertados para cada una de las obras que yo tengo ganas de ir haciendo. Este elenco es para esta obra y no se va a repetir en otra ni viene de otra. Sí, a veces se repiten los actores, suelo mezclar mucho los actores. Esta actriz va a estar en la próxima obra, esta actriz no va a estar en la próxima pero capaz que dentro dos o tres obras vuelva a aparecer. Me parece que a mi no me funciona el trabajo grupal ya en esta instancia, prefiero el recambio constante de gente.
QTGF: ¿Cómo manejas los diferentes recursos? ¿Vestuario, escenografía, musicalización, iluminación?
GL: En mi caso, el vestuario ya hace tres espectáculos que lo viene haciendo Yazmín Mer que es la vestuarista que tenemos. Confío en ella el tema de diseño y confección de vestuario.
La escenografía la pienso yo pero la hacemos con el resto del grupo dependiendo del proyecto. En el caso de la iluminación lo hago yo y lo trabajo con el técnico de la sala y entre los dos vamos inventando.
En esta obra en particular la iluminación no está muy presente, no era mi intención, ni tampoco la escenografía. Es bastante despojado todo lo que es el recurso visual. Me parece que acá es más importante el texto, porque tenía ganas de que se lucieran y que se luzcan los actores diciendo sus líneas. Le saqué todo lo que contaminara esa atención. Además, no hay música. La música es en vivo y la hacen los mismos actores. Hay un personaje que se dedica a cantar toda la obra.
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